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Una elocuente manera de describir los centros del ser humano ha sido con la antigua metáfora del carruaje. Aunque es muy conocida, vale la pena revisar de manera sencilla y rápida.

El ser humano es similar a un carruaje tirado por un caballo y manejado por un cochero. Dentro del carruaje está sentado cómodamente el Amo. El carruaje es el cuerpo físico, el caballo las emociones y el cochero la mente. Este carruaje se desplaza por los caminos de la vida, a veces tortuosos, otras suaves, en ocasiones agrestes, bordeando abismos peligrosos. Cuando el Amo ordena al cochero el camino a seguir, este dirigirá al caballo por la ruta precisa. Si el carruaje está en buenas condiciones, con las ruedas balanceadas y los ejes lubricados, todos estarán seguros. De manera similar, si el cuerpo es saludable, está bien cuidado con la alimentación apropiada, nos llevará donde queramos. Sin embargo lo que solemos ver es que el carruaje está descuidado, no se le dá el lubricante apropiado, la pintura se ha deteriorado, los ejes no giran adecuadamente, las ruedas tienen irregularidades en la superficie, se encuentra sucio con el barro que va tomando por el camino y los asientos han perdido sus resortes. Con frecuencia el Amo está dormido y el cochero se ha emborrachado, los caballos van desbocados por el camino equivocado y exponen al carruaje por las vías más peligrosas, a gran velocidad por el borde del abismo. Por esta razón muchos carruajes caen al precipicio o se vuelcan y se destrozan. Es la enfermedad, el dolor, el cáncer, el sufrimiento. Con esta metáfora se entiende que tenemos un cuerpo físico, un aparato emocional, una mente y un espíritu. Explicar lo que le sucede al ser humano desde una sola perspectiva es insuficiente. Lo que le sucede al cuerpo tiene una raíz en las demás partes y viceversa. Cuando el Amo está despierto guía al cochero y lidera su viaje. Se dice que el individuo está «consciente». Cuando el Amo está dormido, se dice que es un estado de caminante dormido.

De acuerdo a las enseñanzas de Gurdjieff, existen cuatro estados en el ser humano: el sueño, el caminante dormido, el despertar de la consciencia y la consciencia objetiva.

Las acciones del caballo y el cochero son la Personalidad. La Personalidad corresponde a las acciones del aparato emocional y mental. El carruaje es para transportarlos a todos, el Amo es la Esencia. Si logramos comprender esto, no de manera intelectual, sino sentirlo con la emoción, la mente y el espíritu, entonces podrá surgir en nosotros un nivel de consciencia diferente que nos permitirá realizar cambios trascendentales y permanentes. Cuando lo entendemos solo de manera intelectual, el Amo seguirá dormido y no se puede realizar una transformación.